En mis veintes, yo era una mujer de carrera. En mis treinta, yo era mayormente solo una esposa y madre. Es cierto que la lucha entre la mujer profesional y la madre me ha llevado a profundizar y explorar lo que significa ser una mujer, específicamente una mujer hecha a la imagen de Dios. Y mi propio deseo de que mis hijas crezcan para tener vidas fructíferas como mujeres ha ayudado a impulsar mi búsqueda para comprender exactamente lo que Dios tenía en mente cuando nos creó.
Cuanto más me adentraba en este viaje, me volví íntimamente consciente de la cantidad de mujeres cristianas que se sienten perdidas, sin inspiración, sin comprender verdaderamente su propio llamado o propósito. No hay nada más desalentador para mí que ver a otra mujer llamada a ser mucho más, pero atrofiada por puntos de vista distorsionados de la autoestima o un entorno en el que los hombres que la rodean limitan su potencial. Escribo para mis hijas y escribo para ellas.
En este blog encontrarás los resultados de mi investigación sobre lo que dice la Biblia acerca de las mujeres. También encontrará historias de mis propias luchas e infancia dañada y cómo Dios me ayudó a resolver esos problemas. En otros momentos, verá mis luchas como madre y las formas en que ayudo a mis hijas a crecer para ser mujeres piadosas. El tema general, espero, es vivir fructíferamente en un mundo caído abrazando nuestra feminidad tal como la define Dios y no el mundo que nos rodea.
Espero y oro para que mi investigación bíblica, mis luchas, mi sufrimiento y mis victorias dadas por Dios ayuden a otras mujeres a definir lo que significa vivir una vida fructífera como mujer. Espero y oro para edificar, inspirar y animar a las mujeres a seguir su verdadera vocación. Una vocación no definida por el cristianismo tradicional ni por el feminismo actual. Quiero que, como quiero que mis hijas, encuentren la vocación que Dios hizo específicamente para ellas.
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